Pamela Poo, Directora de Incidencia Fundación Ecosur
Publicado en El Desconcierto
Este 2 de febrero, nuevamente, recordamos la importancia de los humedales, ya que en esta fecha se celebra el día mundial de estos ecosistemas que se encuentran amenazados por numerosas actividades antrópicas, entre ellas la expansión de las ciudades, la contaminación, la extracción de sus aguas y el relleno de estos.
La crisis climática y ecológica, para ser abordada, requiere de numerosas medidas, entre ellas que protejamos los humedales, sin diferenciación de si estos son urbanos, rurales, costeros u otros. Dada la gravedad de ambas crisis, no podemos prescindir de las funciones y servicios que estos ecosistemas nos proveen. Según Naciones Unidas, si bien los humedales ocupan un 6% de la superficie en la tierra, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales, por lo que el llamado a su protección es urgente.
Estos ecosistemas nos proveen de una de las soluciones basadas en la naturaleza, ya que la propia infraestructura natural nos presta los elementos necesarios para la vida, por ejemplo, sin los humedales costeros, no tendríamos aves migratorias, no se capturaría el carbono, sin las turberas no tendríamos el agua necesaria para sostener a las especies que viven en ellas, entre otras bondades que de seguir perdiéndose, no solo afectará a las demás especies, si no que a nosotros mismos. Cuando se pierde un humedal, agravamos la sequía e incluso la seguridad que nos proveen, ya que evitan las inundaciones.
La ambición humana y el desenfrenado crecimiento tienen a estos nobles ecosistemas amenazados de gravedad, sea en la variante que sea, humedales, manglares, turberas, por mencionar algunos, están desprotegidos ante el avance de un crecimiento económico desmesurado y sin rienda, industrias que amenazan y que se oponen a su protección velando por sus intereses de inversión. Por otro lado, los estados crean herramientas complejas para protegerlos, cuando su protección no debiera estar en cuestión, ni siquiera la duda debiera asomar con respecto a aquello, de hecho el llamado incluso es a la restauración de los mismos, ya que no es suficiente solo con proteger.
La crisis ecológica avanza y las cifras son espeluznantes, se espera que, de seguir en la senda actual, perderemos un millón de especies animales y vegetacionales, lo que se avizora como una de las crisis más compleja para la humanidad, ya que por una parte mucho de los que hacemos se sostiene sobre la naturaleza y por otra, no conocemos los efectos de perder especies de forma acelerada. Perder humedales es perder un reservorio de vida indispensable para la transición socioecológica que tenemos que emprender, ya que la sostenibilidad de la vida requiere que hagamos las paces con la naturaleza.
Por último, en la actualidad existen numerosas iniciativas legales que buscan la protección de estos ecosistemas en el Congreso Nacional, entre ellas se encuentra el proyecto de ley que modifica la ley N°21.022, para agregar mecanismos de participación directa en las solicitudes de reconocimiento de la calidad de humedal urbano, y el proyecto de ley que dicta normas para dar protección a los humedales rurales. Ambas iniciativas buscan por una parte ampliar la participación ciudadana en la solicitud de protección de un humedal, como también extender dicha protección a los humedales que se encuentran fuera del radio urbano, por lo que el llamado es al poder ejecutivo que coloque urgencias en dichos proyectos, con el fin de avanzar en una legislación que los proteja a todos, porque protegiéndolos es la única forma de evitar exponernos a los graves efectos de la crisis climática y ecológica, como también a las pérdidas y daños que sucederán de no proteger lo que nos queda.